lunes, 29 de marzo de 2010

SESIÓN 9 DE MARZO: MIEDO A LAS EXPOSICIONES.

La sesión del día 9 de Marzo tenía dos objetivos fundamentales, por un lado aprender algunas pautas para realizar una exposición en grupo y por otro lado ayudarnos a superar los posibles miedos que todos tenemos a la hora de hacer esta acción. Para ello, en primer lugar, uno a uno contamos a nuestros compañeros las inquietudes y miedos que nos supone hablar ante la mirada de los demás, todos expusimos algún miedo, desde miedo a olvidarse de lo que se ha preparado, miedo a ponerse rojo, hasta miedo a no saber explicar lo que se quiere transmitir… En mi caso, a la hora de exponer el mayor miedo que puedo tener es este último y es que muchas veces de tanto pensar mentalmente qué estoy diciendo, cómo lo estoy diciendo, se estarán enterando… pierdo el hilo de la conversación y no me escucho a mí misma, lo que puede conllevar a que comenta errores.

Una vez que todos explicamos nuestras preocupaciones entre la profesora y los alumnos presenten llegamos algunas conclusiones: debido a que uno a uno fuimos explicando los miedos que teníamos al exponer y ninguno dijimos que no teníamos miedo la principal conclusión a la que llegamos es que “todos y cada uno de nosotros tenemos miedos”, pero ese miedo ¿a qué es debido? La mayor parte de las veces se debe a que los compañeros están presentes y tememos que con lo que digamos estemos haciendo el ridículo, lo estemos haciendo mal, nos juzguen por lo que hacemos... Llegados a esta situación la profesora nos hizo reflexionar sobre la incoherencia que allí se planteaba, ya que, si todos los alumnos tenemos miedo a exponer y la mayoría pensamos que el público, es decir, nuestros propios compañeros, son la causa principal de este miedo ¿a qué tememos? “Es como temer de los que nos temen”. Esta idea me hizo reflexionar bastante y llegué a esta conclusión. Obviamente la idea hay que adaptarla al contexto de la clase, el temor es a exponer y hablar ante los compañeros, este temor no sobrepasa esta frontera.

Siguiendo con la clase, tras esta reflexión, la profesora nos invitó a salir y explicar varias cuestiones sobre la comunicación a la vez que todos observábamos cómo nos transmitía el mensaje los compañeros, y los posibles fallos presentes en la transmisión, al igual que los aspectos positivos. Este ejercicio, desde mi punto de vista, fue de gran utilidad para guiar nuestras próximas exposiciones en clase. Si tuviera que poner un nombre a este ejercicio lo llamaría “Recomendaciones para la exposición de los trabajos”. Algunas de las recomendaciones que más interesantes me parecieron fueron:

• La importancia de la comunicación no verbal cuando estamos transmitiendo un mensaje. Las gesticulaciones con la cara y las manos en la mayoría de los casos expresan lo que queremos transmitir, por ejemplo, si hablamos de algo que ni nosotros mismo entendemos la cara que pondremos será de ¿qué estoy diciendo? En esta situación probablemente los receptores de nuestro mensaje tampoco lo entiendan, simplemente por el gesto que hacemos con la cara.

Dentro de la comunicación no verbal también es muy importante saber utilizar un tono de voz adecuado con el que no se aburra a los receptores, si se mantiene el mismo tono de voz la exposición será monótona, pues siempre seguirá la misma dirección. En relación con esto también es importante saber controlar la velocidad con la que se transmite el mensaje. Probablemente si transmitimos el mensaje muy rápido la audiencia no captará la totalidad de la información.

La posición que se ocupe también transmite el rol que se quiere ocupar durante la exposición. Por ejemplo, en una clase en la que el profesor transmite conocimiento a los alumnos, por la posición que ocupe se puede comprobar si su actitud es cercana a los alumnos o no.

• Lo dinámica o no que sea la exposición. En exposiciones largas, como la que tenemos que llevar a cabo en esta asignatura, es importante que la teoría que se transmite se combine la práctica, así no será aburrida y pesada. Las exposiciones que se están llevando a cabo en clase hasta ahora han combinado estos dos elementos, y han sido exposiciones dinámicas, muy importante este aspecto.

• Ante las preguntas del público que no sepamos contestar, simplemente no contestar. Uno de los miedos que más se ha repetido en la sesión de hoy ha sido precisamente este, y la solución, como se puede comprobar es muy simple. Es mejor comentar al público que no se sabe esa información que inventársela directamente. Este consejo me ha sido de gran utilidad, pues yo también tenía miedo a este hecho.

A medida que transcurría la clase iba haciendo mis propias reflexiones y me iba planteando si salir o no, finalmente con la ayuda de otra compañera me anime. Como explique después de mi intervención, antes de salir pensaba que los nervios y el contexto no me iban a condicionar en la breve exposición que iba hacer, pero al salir, la realidad es que no puede controlarlos. El hecho de salir me ayudó para poner en práctica las recomendaciones que estaba recibiendo y observando, y también para analizar mis propios fallos y corregirlos para mi exposición con el grupo. Me sentí cómoda, aunque el contexto me puso nerviosa, intentaré controlar estas situaciones en mis próximas exposiciones.

Llegados a este punto considero necesario exponer aquí algunas recomendaciones para que los lectores de este blog apliquen en sus exposiciones, los aspectos más importantes a cuidar, desde mi punto de vista son:

• Sencillez y claridad del lenguaje: exponer una idea por frase, no usar palabras rebuscadas, utilizar expresiones que entiendan nuestros receptores. Estos aspectos los considero esenciales, en muchas ocasiones queremos que nuestro mensaje sea muy técnico y para ello utilizamos palabras que no entendemos ni los emisores. Es esencial, por otro lado, que se utilicen frases cortas y párrafos breves entendibles por todos.
• Ritmo: intercalar pausas o silencios controlados para captar el interés, evitar muletillas.
• Fundamental, desde mi punto de vista, sentir y creer lo que se dice y desarrollar un estilo propio combinado anécdotas, refranes, paradojas…
• Como dije anteriormente, para que la exposición sea fluida y no demasiado monótona es necesario ajustar el tono a las circunstancias: un tono bajo transmite tranquilidad, seguridad; un tono medio ayuda a la reflexión y un tono alto entusiasma y anima. De igual manera es conveniente saber ajustar la intensidad y el timbre, así como realizar una correcta articulación y vocalización.
• Mostrarse natural, tal y como uno es, sin querer asumir un rol que no se tiene.
• Ser sinceros: si algo no se sabe es mejor comunicarlo antes que mentir.
• Tener confianza en uno mismo.
• Al igual que queremos que nos escuchen es importante saber escuchar.

Para concluir, la sesión de hoy la considero que gran utilidad, personalmente me ha hecho reflexionar (como todas las cosas relacionadas con esta asignatura) sobre los fallos que se pueden llegar a cometer por tener miedos e inseguridades. Estoy segura que en las próximas intervenciones en público me acordaré de todos los consejos y recomendaciones que he recogido de la clase de hoy. La primera parte de la clase, cuando todos hemos tenido que expresar nuestros miedos ha sido especialmente interesante y con ella se llegó a la conclusión de que todos teníamos miedos, por ello todos debemos superarlos y para ello debemos empezar por las exposiciones de clase. Me ha sorprendido el hecho de que ninguno expresáramos que no sentíamos miedo al exponer, y saber que tú no eres la única persona ayuda a superar esos miedos, pues los pensamientos cambian y no se piensa “soy la única que me pongo nerviosa, soy la única que no sé lo que digo”…

Aunque quizás vuelva a ponerme nerviosa en la próxima intervención en público, con el paso del tiempo, gracias a experiencias como la de hoy en clase, podré superar dichas inquietudes, aunque también he de decir que a lo largo de estos tres años he estado controlando los nervios, y creo que m voy superando, hoy he subido un gran escalón más.

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