jueves, 10 de junio de 2010

ENTORNOS CARCELARIOS

El día 1 de Junio, justo después de nuestra exposición, tuvo lugar otra exposición, en este caso el tema que se trataban era el entorno carcelario. Se trata de un tema novedoso en la asignatura (a excepción del último seminario comentado en el blog). Además a lo largo de estos tres años de carrera en ninguna asignatura nos han transmitido conocimientos sobre la intervención en entornos carcelarios, simplemente se nos han hecho llegar una serie de leyes, pero lo realmente importante (la práctica de los trabajadores y educadores sociales en este ámbito) ha sido obviada.

Ya he dicho en numerosa ocasiones que la metodología que se ha presentado en esta asignatura en el segundo cuatrimestres la considero de gran utilidad, porque hemos tenido la oportunidad de conocer características de muchos de los ámbitos de intervención del educador y el trabajador social, sobre todo, destaco que muchos de las temáticas que se han tratado no han sido desarrolladas en otra asignaturas, enfrentándonos a ámbitos novedosos y desconocidos.

La exposición que tuvo lugar este día fue muy interesante, principalmente porque se trataba de un tema novedoso. Además destaco que las compañeras estaban muy informadas sobre el tema, pues transmitieron gran cantidad de contenido teórico, y se mostraban motivadas para transmitir tal contenido, por lo que me ha llevado a concluir que en la investigación que han realizado se han mostrado activas e ilusionadas por informarse sobre las características de los entornos carcelarios y la función de los educadores sociales en tal ámbito.

A continuación, resaltaré la estructura que han seguido las compañeras a lo largo de su exposición.

En primer lugar, nos preguntaron qué términos conocíamos para denominar a los entornos carcelarios. Algunos de ellos son: cárcel, trullo, prisión, centros penitenciarios, cuartelillo, calabozo, entre otros. Me sorprendió la cantidad de términos que se pueden emplear para designar este ámbito. Algunos no los había escuchado nunca. Fue interesante que realizaran esta actividad, para ampliar nuestra visión de conceptos sobre la cárcel.

Seguidamente las compañeras introdujeron un video en el que se mostraban dos realidades distintas relacionadas con la prisión y la estancia de los presos de libertad en la misma. En las primeras secuencias se mostraban las instalaciones con las que contaba la cárcel que las compañeras visitaron. La cárcel contaba con piscina, gimnasio, pistas deportivas, comedores, habitaciones individuales amplias, las habitaciones tenían todo tipo de comodidades, como televisión, camas amuebladas etc. En definitiva, estas imágenes transmitían que en la cárcel las personas viven tranquilas, disfrutan del ocio, hacen deporte, tienen comodidades… Por otro lado, la segunda secuencia de imágenes mostraba todo lo contrario, celdas pequeñas, sucias, malas camas, sin instalaciones deportivas, mala alimentación… Además incluía imágenes en las que los presos se quitaban la vida, se autolesionaban, o se pegaban mutuamente. Dos realidades opuestas de los centros carcelarios, una totalmente positiva y otra totalmente negativa.

Una vez acabado el vídeo, la compañeras nos preguntaron que cuál de las dos imágenes se asemejaban más a la realidad. En torno a esta pregunta se generó un gran debate, pues muchas personas estaban sorprendidas por las primeras imágenes, donde aparecían todo tipo de comodidades para los presos. Muchos de los compañeros decían que si una persona había cometido un delito no tenía el derecho de vivir con tantas comodidades, porque así viven mejor que su propia casa. Otros compañeros pensaban que esa actitud era egoísta y querían que la imagen de la cárcel fuera realmente esa y no la segunda realidad mostrada. Evidentemente no llegamos a un consenso final pues había disparidad de opiniones.

Desde mi punto de vista, las dos imágenes que se mostraron so muy extremistas, pues en una se muestran realidades muy positivas y en otras muy negativas, sin embargo, pienso que la verdadera realidad es intermedia, por un lado los presos disfrutaran con cosas positivas y por otro lado se hundirán en la tristeza con cosas negativas.

Desde otro punto de vista, opino que la forma de vivir de una persona que ha cometido un delito y tiene que permanecer en la cárcel durante un periodo de tiempo debe depender del delito y de la condena. Reflexionando sobre el tema, no consigo llegar a un consenso conmigo misma, ya que por un lado, pienso que una persona que ha cometido un gran delito (matar a alguien) debe de cumplir su pena íntegramente y no disfrutar de placeres, ya que ha matado a una vida humana que tampoco podrá disfrutar de los placeres que la vida concede. Las personas deben de morir cuando la naturaleza o su destino así lo determinen, pero no de manos de otras personas, de ahí mi razonamiento anterior. Pero por otro lado, pienso, que esa persona que está en prisión ya está cumpliendo con su pena, ya que lo privan de libertad de actuar en la calle y con su entorno social. Así que no merece más pena que su privación de libertad. De ahí, que no consigo llegar a un consenso interno, porque se me ocurren infinidad de ideas y situaciones. Lo que sí tengo claro, es que las personas que trabajen en la cárcel deben de tener la capacidad de tratar a los presos como personas, sin agredirlos y hacerle imposible su vida allí. Por mucho que hayan matado a otras personas, no apuesto por la violencia como forma de cumplir su culpa, retirarle algunos placeres, como ver la televisión, sí.

Por otro lado, en la cárcel hay personas que cumplen con un castigo leve porque han cometido varias faltas, como robar, que al final le han llevado a la cárcel. Estas personas probablemente disfruten de más placeres que las personas que han cometido actos graves, como matar.

Dejando a un lado el debate, que da para muchas horas de reflexión, a continuación resaltaré el contenido teórico más importante que han transmitido las compañeras sobre los entornos carcelarios:

La normativa penitenciaria está constituida por:
o La Constitución Española de 1978.
o Ley Orgánica Penitenciaria 1/79 de septiembre.
o Reglamento Penitenciario Real Decreto 190/1996.

Dos son los objetivos primordiales se resaltan en estas legislaciones: la reeducación y la reinserción social.

Se distinguen distintos regímenes de privación: régimen cerrado, régimen ordinario, régimen abierto y régimen condicional. Atendiendo al delito cometido se accederá a un régimen u otro. Para ello, hay que valorar la situación de cada persona y su condena.

Características del colectivo: el 91, 95% de los presos son hombres, frente al 8,05% que son mujeres. La edad de los presos ronda en torno a los 26 y 30 años de edad. Suelen presentar bajo nivel educativo el 10,1% son analfabetos y 19,07% analfabetos funcionales. Además el 51% están en situación de desempleo, en el momento que va a ingresar en la prisión.

Según el Ministerio del Interior los tipos de delito que se cometen en España con mayor frecuencia son: contra el matrimonio o el orden socioeconómico (robos), contra la salud pública (drogas), contra la libertad sexual (explotación sexual).

Los factores de riesgos relacionados con este ámbito son:

• Falta de seguridad personal.
• Problemas con drogas y alcohol.
• Alejamiento del sistema familiar.
• Desarraigo familiar.
• Cuando salen de prisión suelen volver al mismo contexto al que pertenecían antes de ingresar en prisión.
• Baja cualificación.
• Bajos ingresos económicos.
• Insatisfacción de las necesidades básicas.

Los problemas principales a los que se enfrentan estas personas son:

• Aislamiento social.
• Exclusión física, ya que la mayoría de los presos cumplen condena fuera de sus provincias.
• Problemas de salud: consumo: la mayoría han consumido algún tipo de drogas, principalmente del tabaco (74%).
• Enfermedad mental: el 25% de la población reclusa padece depresiones y problemas mentales. 8% de la población reclusa presenta una enfermedad mental grave. 40% trastornos graves y de personalidad. Un dato de interés es que 50% de los enfermos mentales que realizan un delito es porque han sufrido un brote psicótico, generalmente por no llevar un tratamiento adecuado.

Por último las conclusiones finales a las que han llegado las compañeras tras finalizar su investigación en los centros penitenciarios han sido:
• Los medios de comunicación no presentan la realidad que se viven en los centros carcelarios.
• Escasez de programas y proyectos en este tipo de centros para favorecer y mejorar la inserción social de estas personas.
• La mayoría de los internos vuelven a reincidir.

Estos son los datos teóricos más importantes que introdujeron las compañeras en su exposición, la forma de transmitirlo fue tranquila y aportando ideas principales, por lo que no se hizo pesado el contenido. Vuelvo a repetir, que han recaudado gran cantidad de información en su trabajo, señal de que se han esforzado. Además se podía percibir que las ideas que han transmitido las habían interiorizado, dando la sensación de que estaban muy bien informadas del tema.
En definitiva, valoro positivamente su exposición, tal vez se ha hecho demasiado largo un vídeo en el que mostraban su acercamiento a la realidad, concretamente en el Centro penitenciario de Algeciras, denominado “Manuel Montesinos y Molina”. Se trata de un centro de inserción social. En el transcurso del vídeo uno de los trabajadores de allí iba contestando a las preguntas que le hacían las compañeras. No pude recoger información de este vídeo porque era muy densa y me costaba escuchar y escribir a la misma vez.

Por otro lado, he echado en falta la profundización de la intervención socioeducativa que se lleva a cabo en estos centros. Es una cuestión que deberían de haber incluido en los aspectos teóricos.

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