domingo, 13 de junio de 2010

PERSONAS SIN HOGAR

rEl último día de exposiciones, día 8 de Junio, se trataron en clase los colectivos de personas sin hogar y prostitución. Por motivos personales, no pude asistir este día a clase, por lo que no puedo valorar las exposiciones de los compañeros/as, sin embargo, considero necesario recoger la información relevante sobre estos colectivos en el blog. Para ello me informaré y recogeré en esta entrada los datos más relevantes desde mi punto de vista.

SITUACIÓN DE LAS PERSONAS SIN HOGAR.

Navegando por Internet he encontrado información muy interesante sobre las personas sin hogar. Un documento, a mi parecer, muy interesante, es el siguiente:
Jordi Balot, 2009. “HAY REALIDADES QUE DEBEN SER CONOCIDAS”.
A lo largo del documento se explican distintas situaciones en las que se encuentran las personas sin hogar a día de hoy en nuestra sociedad. Los datos de interés que he seleccionado son los siguientes:
1. ¿Las conocemos?

Cuando hablamos de una persona Sin techo nos imaginamos un individuo sucio, mal vestido, que huele muy mal y va arrastrando unos cartones medio rotos. Pensamos quizás en un individuo hecho polvo, agarrado a un "tetrabrick" de vino y que habla en voz alta desvariando. Hasta alcanzamos a verlo durmiendo en los soportales de alguna iglesia o en algún cajero automático, cuando no lo esquivamos o desviamos la mirada para no sentirnos afectados. Lo que define a esta persona es la falta de un techo.

Si hablamos de una persona Sin hogar, también nos referimos a aquellas personas que si bien tienen un techo en el sentido literal de la palabra les falta todo lo que supone vivir en un hogar verdadero. Malviven quizás en algún albergue o en una pensión barata de ésas que se pretende eliminar para "poner guapa" a la ciudad. Pero carecen de las mínimas condiciones de vivienda que les permitan vivir con dignidad, el calor de una familia, el apoyo de un grupo de amigos... Hay muchas personas que son Sin hogar, pero están ocultas puesto que la soledad, el sufrimiento y la angustia se pueden disfrazar. Pero no por ello su situación deja de ser un auténtico drama.

Es difícil encontrar en los medios de comunicación alguna noticia que haga referencia a las personas Sin hogar, a no ser para hablar de algún acto violento o de alguna muerte –digo, alguna porque de la mayor parte de las muertes de los pobres y de los excluidos ni se habla.

Personalmente, estoy de acuerdo con la idea que se transmite en la primera parte del capítulo. En la sociedad que vivimos existen infinidad de estereotipos hacia ciertos grupos de personas, como las personas mayores, personas discapacitadas, grupos sociales, bandas urbanas… Hablamos sin tener conocimiento de la verdadera realidad que viven estas personas. Con las personas sin hogar o sin techo ocurre lo mismo, todas las noticias e informaciones giran en torno a la delincuencia, la violencia callejera, la suciedad; se piensa que estas personas viven en la calle por alguna circunstancia concreta de su vida, como que ha perdido el trabajo. Pero realmente, no conocemos la realidad, cada persona es un mundo, no podemos hacer estas generalizaciones. Además todas las generalizaciones tienden a ser dramáticas en torno a este colectivo. Considero que uno de los principios que debe tener el ser humano, es el hablar después de conocer la realidad, sin embargo, es al contrario, hablamos sin conocer.

Al respecto, puedo apuntar una anécdota que viví hace poco con unas personas que han decidido vivir en la calle. Un día paseando por el centro de Sevilla con unos compañeros, dos chicos nos pararon para preguntarnos si queríamos perros que ellos los vendían. Después de un rato de conversación con ellos, uno nos contó que realmente su vida era la calle, que él tenía la posibilidad de vivir en un hogar acondicionado, pero que realmente así no era feliz, su felicidad era vivir en la calle. En esta ocasión, no vivía en la calle porque sus circunstancias no le permitían tener un hogar, sino porque él había elegido este tipo de vida. Este es uno de tantos casos que se pueden encontrar, posiblemente, muchas otras personas viven en la calle porque no tienen trabajo y le han embargado la casa. Podemos hacer infinidad de suposiciones.

Mi conclusión al respecto, no niego que no haya personas sin hogar que delinquen, no niego que haya personas sin hogar que roben, no niego que haya personas sin hogar que no tengan aseo personal… Pero ¿por qué siempre se nos quiere transmitir esta imagen? Todo ello lo que hace es “ensuciar la imagen de estas personas”. Por ello debemos de preguntarnos ¿realmente las conocemos?

Por otro lado, me ha parecido curiosa la diferencia entre personas sin hogar y personas sin hecho que hace el autor. A lo largo de la entrada utilizaré ambos términos sin distinción de significado, atribuyéndolo a personas que hacen su vida en la calle.

2. ¿Cuáles son las causas que llevan a estas personas a vivir sin hogar?

La situación que he mostrado antes, de un chico que su felicidad era vivir en la calle, según la información que recibimos, es poco habitual. Como he dicho anteriormente, habrá miles de realidades. Por ello, analicemos a continuación, algunas causas que pueden que han llevado a estas personas a vivir en esta situación:

Sistema económico

No podemos pasar por alto las causas estructurales económicas. Las dificultades para acceder al mercado de trabajo, la incorporación de nuevas tecnologías, la explotación de la mano de obra en los países en vías de desarrollo debido a la mundialización... han "reventado" los precios y las condiciones del mercado laboral de los países desarrollados y han dejado al margen a muchas personas que no han sido capaces de aguantar la presión tan fuerte a la que se han visto sometidos, convirtiéndose en parados de larga duración, con edades avanzadas, poca cualificación profesional y sin perspectivas de futuro. Las grandes empresas se han enriquecido a costa de los trabajadores de este país o de otros, que a duras penas pueden llegar a fin de mes.

Sistema educativo

Además, entre las causas estructurales, hay que hablar de los sistemas educativos vigentes, que también excluyen a muchos niños y adolescentes, culpabilizándolos de ser nerviosos, inestables, poco estudiosos y creadores de problemas. En lugar de afrontar estos problemas, los niños acaban en la calle todo el día, expulsados del colegio, descontrolados y sin puntos de referencias educativas, obligadas a convertirse en autodidactas. Las cifras de fracaso escolar, naturalmente, se ocultan.
Sistema sanitario

Por otro lado, tampoco cabe ignorar la exclusión que padecen estas personas en el ámbito sanitario. ¡Cuántas veces hemos acompañado a una persona "Sin hogar" al médico y ha recibido un trato denigrante!... Como es lógico, cuando salen de la consulta, dicen que no quieren saber nada más del personal sanitario y, en consecuencia, no vuelven.

Recursos sociales
Si seguimos reflexionando, podemos pensar en el acceso de las personas Sin hogar a los recursos sociales. Se da el caso de que cuando tienen una urgencia, como podría ser la necesidad de un lugar para dormir o para comer, se les burocratiza de tal forma que se encuentran yendo de una persona a otra, sin rumbo fijo y sin encontrar respuesta, y acaban durmiendo en la calle o teniendo que pedir a la gente un bocadillo para comer.

También es fácil imaginar lo que suele ocurrir a quien sale de la cárcel, sin respaldo familiar y sin ninguna persona que lo apoye. Tras haber cumplido con la justicia y con la sociedad, cuando ha acabado de cumplir la condena, le tramitamos los papeles para que empiece a cobrar el paro y, con mucha suerte, empezará a cobrarlo transcurridos dos meses. ¿Qué tiene que hacer durante este tiempo para poder sobrevivir? ¿Pedir? ¿Robar con riesgo de volver a la cárcel? ¿O buscar trabajo? ¿Y quién es el empresario que da trabajo a una persona recién salida de la cárcel...?

Analizando estas causas, llego a la conclusión personal, que en muchas ocasiones la sociedad y los sistemas sociales ponemos dificultades, para que estos y otros colectivos, no puedan satisfacer sus necesidades, principalmente las básicas. La sociedad, los ciudadanos, ponemos barreras a estas personas, porque las consideramos “seres incapaces para…” Sin conocerlos, los tachamos de sucios, malas personas, maltratadores, violentos… No le ofrecemos una oportunidad, directamente pensamos que no tienen las mismas capacidades que cualquier otra persona. Por otro lado, los sistemas sociales ponen dificultades a estas personas porque no atienden sus demandas, o no las atienden en el momento preciso.

Otro dato que quiero aportar de este documento es el siguiente:
En la creación de estos espacios vitales desempeñamos un papel fundamental todos los ciudadanos. No es una tarea que podamos dejar en manos de las instituciones públicas o privadas sino que todos tenemos una responsabilidad personal y colectiva.

Cuando hemos sido capaces de traspasar esta frontera, ya no nos topamos por la calle con una persona sucia y asquerosa. Desde ese momento empezamos a encontrarnos con Jaime, Pedro, Pepita... Tienen un nombre y una historia, pero también tienen unos derechos que a menudo hemos dejado aparcados a un lado, y que hemos de ayudarles a recuperar. Lo que no hagas tú quedará por hacer y no pienses que otro lo hará por ti.

En cuanto al primer párrafo, como señalé anteriormente, no sólo las instituciones sociales tienen la obligación o el deber de atender las demandas de estas personas sino TODA LA SOCIEDAD. Debemos empezar por nosotros mismos, los ciudadanos, dejar de ser tan egoístas y brindarles oportunidades a todas las personas.

Muchas veces cuando pasamos por el lado de una persona que está durmiendo en un banco en plena calle, tendemos a pensar “mira que sucio está”, “que mal huele”, “me voy a alejar rápido de él que posiblemente me pueda pegar”. Simplemente por su aspecto físico entablemos juicios a las personas. Entonces, ¿una persona con un traje de chaqueta no puede llevar intenciones de robar?

Las personas que viven en la calle también tienen su nombre, su historia, su vida… No hablemos sin conocer, no la tachemos de violentos y ladrones por vivir en la calle, no asociemos personas sin hogar con delincuencia… Cuando los ciudadanos interioricen estas ideas y cambien su concepción tal vez estas personas sean menos vulnerables.

Hasta aquí la información que he considerado oportuna compartir en relación a este documento.

La conclusión principal que obtengo, es que son muchas las historias que podemos encontrar de las personas sin hogar, unas mejores otras peores, pero luchemos para que la sociedad no excluya a estas personas, no las defina sin conocerla, en definitiva, luchemos POR RECUPERAR SU DIGNIDAD como personas, que al fin y al cabo son personas, como TÚ COMO YO, con una vida, una historia, un nombre, una fecha de nacimiento…

Para ampliar la información de las personas sin hogar, he visitado la página web de ARRELS Fundación que trabaja con personas sin hogar, los datos que he recogido son:

"¿Qué sabes tú de lo que fue mi vida? Ahora sólo ves estos últimos años que son como la empuñadura de un cuchillo clavado hasta el final de mi costado." Ángel González.


Según el Instituto Nacional de Estadística, en la encuesta publicada en diciembre de 2005 y que hasta la fecha es el único estudio hecho, en el Estado español con una amplia y representativa muestra de la población en situación de sin hogar, el perfil de este colectivo es:

Datos:
• el 83% son hombres, la edad media es de 38 años y sus ingresos son de 302 euros al mes.
• el 37,5% llevan más de tres años sin alojamiento propio. La mitad busca trabajo.
• el 14,2% practica la mendicidad
• el 46% tienen hijos
• el 30% son abstemios y nunca han consumido drogas
• el 64.8% tienen estudios secundarios y el 13,3% estudios superiores
• el 17.5% recibe prestaciones públicas
• el 51,8% son españoles y el 48,2% son extranjeros.
Perfil tradicional de una persona sin hogar:

La experiencia nos demuestra que todo el mundo puede verse implicado en una situación de sin hogar, a pesar de que lo vemos como una circunstancia externa que nunca nos afectará.
• hombre
• de edad avanzada
• soltero
• con problemas de alcoholismo
• de origen social desfavorecido y de bajo nivel formativo y educativo

Nuevos perfiles de las personas sin hogar:

• hombres adultos separados o divorciados
• hombres jóvenes con problemas familiares
• hombres y mujeres jóvenes y adultos drogadictos o ex drogadictos
• mujeres jóvenes y adultas que ha sufrido maltratos, separaciones o divorcios
• de mayor nivel educativo y cultural
• enfermos mentales
• inmigrantes

En relación a la principal fuente de ingresos:

• en un 21% de los casos se desconoce cuál es la fuente de ingresos
• en un 19,9% es el trabajo
• en un 7,4% proviene de la venta de objetos o la prestación de pequeños servicios
• en un 14,2% del que les da la gente por la calle
• en un 9,2% de amigos y conocidos, y en un 7,2% de la familia
• las pensiones contributivas en sus diferentes modalidades son la principal fuente de ingreso en un 7% de los casos
• las pensiones no contributivas (PNC) lo son en un 5% de los casos, y la renta mínima de inserción (RMI) lo es en el 4%
• queda un 5% que tienen como principal fuente de ingresos otras prestaciones, ONG, o bien carecen de ingresos

Frente a la percepción generalizada de que las personas sin hogar sobreviven gracias a las ayudas públicas, los datos del INE nos indican que en un 27,3% de los casos, la principal fuente de ingreso proviene de su propia actividad: trabajo, venta de objetos, etc. El entorno próximo (familia, amigos y conocidos) se convierte en la principal fuente de ingreso para el 16,4% de los casos, y la mendicidad lo es en el 14,2% de los casos. Del resto destaca un 21% de quienes no se conoce su principal fuente de ingresos.

Solamente un 16% tiene ingresos gracias a las ayudas públicas.
La RMI (Renta Mínima de Inserción) y la PNC (Pensión No Contributiva), que son las ayudas públicas más concretas de lucha contra la exclusión, suponen la fuente de ingresos para las personas sin hogar en un 9% de los casos. Las pensiones contributivas (jubilación, invalidez, viudedad y paro) lo son en el 7%.
En relación al importe de estos ingresos:
• el 49,6% cobra hasta 300€ mensuales
• el 10,9% entre 301 i 450€
• el 8,9% entre 451 i 600€
• el 6,4% más de 600€
• no sabe o no contesta el 24,1%

Por qué una persona acaba en la calle? Causas del fenómeno:

• ¿Una separación matrimonial es un motivo suficiente para acabar viviendo en la calle?
• ¿Y la pérdida del puesto de trabajo?
• ¿Y una enfermedad?
• ¿Y la falta de recursos económicos?
• ¿Y un trastorno mental o una adicción?
• ¿Y la muerte de una persona querida?
• ¿Y la poca formación...?
De entrada, ninguna de estas razones son motivos suficientes para caer en una situación de exclusión social, pero si algunas de estas circunstancias se encadenan en un corto espacio de tiempo, es posible sufrir un desequilibrio personal. Hay que entender que el proceso de exclusión es dinámico y multidimensional: es decir, una persona no acaba en la calle de un día para otro, sino que su situación se deteriorando poco a poco. Por otro lado, es multidimensional porque es la confluencia de factores que origina una situación exclusión. Por ejemplo:

• una persona mayor, con poca formación que se queda sin trabajo y viudo a la vez
• una mujer con una enfermedad mental y sin familia
• un joven con problemas de adicción a quien han desahuciado
• una persona sin recursos económicos a quien diagnostican una enfermedad.
Las cifras

• Europa

Según el informe extraordinario del "Síndic de Greuges" "El fenómeno sin hogar en Catalunya: personas, administraciones y entidades" (2005), hay 18 millones de personas afectadas por la exclusión residencial, de les cuales 2,5 millones son sin hogar (personas que duermen en la calle, o en albergues de estancia limitada)

• Estado español

Según el Instituto Nacional de Estadística (2005), se estima que hay 19.000 persones sin hogar en todo el Estado.

¿Cuánto dinero se destina a solucionar este problema?

Según el estudio de Pedro José Cabrera, La acción social con personas sin hogar en España, editado por Cáritas Española y por la Universidad Pontificia Comillas de Madrid el año 2001, el presupuesto dedicado a este colectivo en el Estado español es escaso. En una aproximación generosa, se calcula que se dedican cerca de 60 millones de euros (10 mil millones de pesetas) a atender a las personas sin hogar. Eso significa que se dispone de entre 15€ (2.400 ptes.) y 19€ (3.100 ptes.) al día y por persona sin hogar para cubrir los gastos (desde la alimentación, la ropa i el alojamiento, hasta los gastos generales de mantenimiento y personal). Los fondos públicos sólo cubren el 54% de esta cantidad. El resto se obtiene de la generosidad de particulares (42%) e, incluso, de las aportaciones de los propios afectados (1’1%), contribución que es prácticamente igual a la que realizan las empresas (1’25%).

Los datos que se han presentado anteriomente son procedentes de diversas investigaciones que se han realizado con este colectivo. Son datos estadísticos y objetivos, por lo que no tengo ningún comentario al respecto.

PERO RECUERDA:

“NO OLVIDES QUE DETRÁS DE CADA HISTORIA VITAL HAY UNA PERSONA”.

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